¿Qué representan las arras?

El origen: una promesa que viene de lejos

Las arras matrimoniales son mucho más que un conjunto de monedas. Son un eco de una práctica ancestral que, a través del tiempo, ha tomado nuevas formas sin perder su esencia. Su historia se remonta a las tradiciones judeocristianas y visigodas, en las que el intercambio de objetos de valor sellaba un compromiso sagrado entre dos personas.

En el contexto del matrimonio católico, las arras —trece monedas— simbolizan no solo la prosperidad material, sino la confianza absoluta en la generosidad mutua. Doce representan los meses del año, y la número trece es una ofrenda para los necesitados o una reserva de fe. Como señala la antropóloga social Ruth Behar, “las ofrendas rituales son un acto poético, más allá de su función práctica; son un lenguaje del alma que responde al deseo de continuidad.

¿Qué simbolizan hoy las arras en una boda?

Más que tradición: una conversación silenciosa entre dos almas.

En la actualidad, las arras matrimoniales mexicanas siguen siendo un gesto profundo y deliberado. Representan el acto de compartir: no solo bienes, sino destino, visión, fe, cuidados y abundancia. No hay palabras cuando se entregan, pero sí una mirada cargada de intención, un momento donde los novios se entregan simbólicamente al futuro que construirán juntos.

La psicóloga sistémica Marianne Costa, al hablar de rituales de paso, menciona que “los objetos rituales nos recuerdan que lo invisible también necesita cuerpo.” En este sentido, las arras dan forma a un pacto invisible: el de cuidar el uno del otro, incluso en la incertidumbre.

El gesto de entregar: un acto que transforma

En la ceremonia, las arras suelen ser entregadas por el novio a la novia, aunque hoy muchas parejas optan por que ambos se las ofrezcan mutuamente. Este gesto no tiene un único significado, y su belleza está justamente en eso: en permitir que cada pareja le dé su propio sentido.

En algunas familias, las arras son heredadas. En otras, se eligen especialmente para la ocasión. Pero en todos los casos, son guardadas como un símbolo que trasciende lo decorativo. Son memoria, raíz y esperanza.

«Hay objetos que no son cosas: son la forma que toma la memoria cuando no quiere olvidarse.”— Cristina Rivera Garza

¿Por qué conservar esta tradición?

En una época donde muchas costumbres parecen diluirse, rescatar rituales como este es una forma de darle densidad emocional y espiritual al acto de casarse. Las arras enseñan a celebrar no solo el amor romántico, sino también la alianza profunda entre dos seres que desean construir un nosotros.

Como diría Octavio Paz: “el rito es una pausa del tiempo. Lo detiene, lo enriquece, lo vuelve símbolo.” Al incluir las arras en tu boda, no solo participas en una tradición: creas un momento suspendido en el tiempo que recordará por siempre el valor de compartir.

En Nájera Hermanos, cada arras es una ofrenda de significado

Creamos arras matrimoniales con la convicción de que no son un producto, sino una extensión del alma de quien las entrega y de quien las recibe. Son piezas que custodian no solo la ceremonia, sino el legado emocional de una pareja.

Trabajamos con materiales nobles, pero también con intenciones nobles. Porque sabemos que cuando un objeto nace de un propósito profundo, se convierte en un fragmento de historia.

Recomendado